Manos que juran con voces solemnes
pero guardan monedas bajo el tapete,
sonríen al pueblo con más caras amables
mientras roban el futuro en cada envite.
La justicia ciega se quita la venda
cuando el brillo del oro reluce en su gracia
y la ley se arrodilla o la verdad se negocia
mientras el silencio compra influencia.
Las calles reclaman con gritos, integridad
los niños preguntan en el cole por qué no hay pan,
los campos arden, los ríos se secan, los barrancos, inundan
mientras un traje elegante festeja con champán.
Pero no hay muralla que frene la marea
ni cadenas que aten la voz,
aunque la sombra se extiende en la tierra
la verdad despierta y reclama su rol.
©A.G.

